El colesterol tiene un papel importante en la migración de las células tumorales.

Una vez que el cáncer comienza a dispersarse estableciendo las metástasis, es más difícil de tratar. Un reciente estudio publicado en Cell Reports identifica como el colesterol malo es un importante vehículo para la creación de estos nichos metastáticos a partir de las células tumorales primarias y su manipulación podría ser una importante estrategia en el tratamiento antitumoral.
El cáncer ocurre cuando las células normales se comportan de forma anormal. Aquellas células tumorales que se escapan de los tumores primarios pueden formar tumores secundarios o metástasis, siendo esto la mayor causa de muerte relacionada con cáncer. Existe un alto interés en identificar mecanismos esenciales en el proceso metastásico con el fin de establecer tratamientos más exitosos.
Los investigadores han descubierto como las integrinas pueden moverse desde la superficie celular al interior y como el colesterol, uno de los mayores lípidos del cuerpo, es necesario para mantener las integrinas en la superficie celular pero no se conocen los mecanismos a través de los cuales el colesterol es capaz de llevar a cabo esta función.
Científicos de la universidad de Sídney han identificado como el colesterol malo o LDL controla el tráfico de estas vesículas que contienen a las integrinas, y este movimiento tiene un gran efecto en la habilidad de las células tumorales para moverse y dispersarse por el organismo. Así, en contraposición, encontraron como el colesterol HDL provoca que las integrinas se mantengan en el interior celular.
Esta investigación concluye que los niveles de los distintos tipos de colesterol pueden influir en la migración e invasión de las células tumorales. El conocer como manipular y reducir los niveles de LDL podría ayudar a reducir la capacidad de dispersión de las células tumorales y la metástasis.