
El test PSA se descubrió en 1980 por el Dr. Chu observando los niveles de esta proteína en la sangre de los pacientes. En 1986 el test fue aprobado por la FDA para monitorizar la respuesta al tratamiento pero no fue hasta 1994 cuando fue aprobada como herramienta diagnostica.
Antes del test PSA, solo el 4% de los hombres con cáncer de próstata se curaban y un alto porcentaje tenían ya metástasis en hueso a la hora de la detección. El tratamiento estándar era bloqueo hormonal androgénico y la media de supervivencia era de 3 años.
Con el desarrollo del test PSA se cambió la capacidad de diagnóstico, menos del 10% de los pacientes diagnosticados con cáncer de próstata tienen un tumor incurable en la actualidad y la supervivencia a 5 años es de, 99.2%
La incidencia del cáncer de próstata es muy alta. 20% de los jóvenes de 20 años tiene ya indicios de cáncer de próstata y el 80% de los hombres mayores de 80 años presentan Cáncer de próstata.
El uso del test PSA tiene cierta controversia por el alto riesgo de sobrediagnóstico y sobretratamiento al igual que por la incapacidad de detectar una proporción significativa de tumores agresivos.
Por ello se están desarrollando nuevos test moleculares que conjuntamente con el PSA que sean más veraces en el diagnóstico precoz y el seguimiento de la enfermedad. Uno de ellos es un test en orina que determina los niveles del antígeno 3 de cáncer de próstata (PCA3 o DD3) en este fluido. Tiene una mayor susceptibilidad que el PSA. Se está usando en conjunto con el test de PSA. PCA3 es un mRNA no codificante sobreexpresado en más del 95% de los tumores de próstata de primer grado.
Este nuevo test de diagnóstico molecular se está estableciendo en la práctica diaria en hospitales españoles, permitiendo acortar los tiempos para la obtención de resultados con la mejor calidad de respuesta.