
Las células están constantemente generando especies reactivas de oxigeno (ROS), y estas ROS son las encargadas de producir daños que provocan el envejecimiento celular. El organismo se defiende de ROS a través de la función reductora de NADPH, cuos niveles son modulados gracias a la acción de la enzima G6DP.
Sorprendentemente la enzima G6PD no tiene efecto sobre el desarrollo de tumores, incluso combinando su sobreexpresion con alteraciones pro-oncogénicas, por lo que el papel beneficioso de G6PD se centra en la protección del envejecimiento a través de NADPH.