¿SERAN LOS EXOSOMAS EL PROXIMO CABALLO GANADOR?

Figure-1-Melanoma-derived-exosomes-are-messengers-for-angiogenesis-and-metastatic

Los exosomas, esos “paquetes sorpresa” liberados por las células tumorales a nuestros fluidos, se han convertido en uno de los potenciales biomarcadores para la diagnosis, prognosis y predicción de la respuesta terapéutica del cáncer.

Si os preguntáis que son, estoy hablando de unas pequeñas vesículas extracelulares que utilizan las células como medio de comunicación con otras células a corta, media y larga distancia. Sorprendentemente, dentro de los exosomas se han identificado moléculas de distintos micro-ARNs (miRNAs en inglés), los cuales son capaces de regular la expresión de los genes a un nivel postranscripcional, lo que entra dentro del concepto de que el ARN extracelular es funcionalmente transferible de un donante a una célula receptora.

Numerosos estudios y ensayos clínicos están evaluando la utilización de dichos exosomas por las células cancerígenas ya que se han encontrado niveles muy elevados de estos en biopsias liquidas de pacientes con distintos tipos de cáncer. En estos estudios se ha detectado como los exosomas pueden desempeñar un papel esencial en los tumores: desde la regulación del crecimiento, la angiogénesis, la modulación inmunológica, la preparación del nicho metastásico, la colonización, la latencia e incluso la propia evolución metastásica del tumor.

Como ejemplo, voy a mencionar un estudio realizado a 94 pacientes con melanoma. En las biopsias líquidas de pacientes que presentaban un melanoma in situ se ha detectado un elevado número de exosomas con altos niveles del microRNA-221 (miR-221) en comparación a muestras de individuos sanos, y dichos niveles eran aún más altos en pacientes con melanoma en estadios I-IV. Estos niveles descendían significativamente cuando se sometían a una resección quirúrgica del tumor primario y volvían a aumentar cuando reaparecía el tumor. Aunque es un gran avance en la diagnosis y la prognosis de los pacientes de melanoma, la sobreexpresión de miR-221 se ha observado en una gran variedad de tumores por lo que aún no puede ser considerado un biomarcador específico de melanoma.

No obstante, en la carrera por la búsqueda de nuevos biomarcadores específicos y herramientas no invasivas para la detección y distinción de tumores primarios con riesgo de metástasis y la predicción de una tan esperada respuesta terapéutica, los exosomas podrían ser la apuesta al caballo ganador.