El ejercicio reduce el riesgo de padecer cáncer

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La malnutrición afecta principalmente a la calidad de vida pero también a la respuesta a la terapia, el estado funcional, la supervivencia y la estancia hospitalaria. Una mala nutrición es la primera causa de infecciones en los pacientes, por lo que llevar una dieta controlada es clave en los procesos neoplásicos.

Pero no sólo tenemos que estar pendientes de la nutrición, el ejercicio físico moderado es más importante para evitar una recaída que una dieta específica, reduciendo la recurrencia y aumentando la supervivencia de los pacientes. De hecho el aumento de peso en pacientes tratados de cáncer de próstata aumenta la probabilidad de recurrencia.

Recientemente, ha sido demostrado en animales como el ejercicio no es sólo clave para evitar recaídas, sino que por primera vez se ha demostrado que el ejercicio regular puede prevenir ciertos tipos de cáncer.

Un estudio presentado en el Congreso Internacional del Hígado 2013 ha demostrado como el ejercicio diario reduce la probabilidad de desarrollar cáncer de hígado en ratones con riesgo genético de padecer carcinoma hepatocelular.

Dos grupos de ratones fueron alimentados con una dieta controlada y con una dieta alta en grasas, y después separados entre ejercicio diario (60 minutos, 5 días a la semana) y sedentarios. Después de 32 semanas de ejercicio regular el 71% de los ratones con dieta controlada contenían tumores de más de 10mm, mientras que el 100% de los sedentarios los contenía.

Estos datos sugieren que existe un beneficio significativo en realizar ejercicio regularmente ya que disminuye el nivel de enfermedades hepáticas derivadas de grasas no-alcohólicas en animales con una dieta rica en grasas. Este estudio es significativo porque abren una puerta para el estudio en humanos y además estos resultados podrían llevar hacia beneficios tangibles en pacientes en una enfermedad tan complicada y agresiva como el cáncer hepático.